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miércoles, 20 de octubre de 2010

A mis queridos estudiantes

Este año escolar se está extinguiendo. No obstante, quiero que perdure en sus mentes algo de lo que hemos realizado en los diferentes espacios de encuentro. Recuerden que la literatura nos invoca diversos sentimientos, épocas, nos refleja, nos arrulla, nos sorprende, nos eleva o nos lleva a los más hondos abismos de la humanidad que nos corresponde. Somos, perduramos y morimos en el extenso mar de las palabras, de los textos (entiéndase por textos, tanto imágenes como escritos y obras en cine o teatro, entre otras), esto nos hace estar vivos; llorar, reír, temer, amar descontroladamente o aborrecer sin razón.

Simplemente búsquense en los textos, en las caras de otros, en las almas de quienes deseamos que ustedes puedan encontrar sus rumbos. Nunca pierdan de vista la búsqueda que a cada uno le corresponde. Todos estamos aquí porque tenemos algo que hacer, alguien a quien amar, a quien ayudar, a quien enseñar, a quién comprender.

Me place mucho encontrarlos en mi camino y poder intercambiar ideas, conocimientos, aprender con ustedes, crecer como persona. Espero que de alguna manera queden huellas en nuestros pensamientos, gracias al camino que recorremos juntos en este momento.

Sus historias naturales- Julio Cortázar

León y cronopio

Un cronopio que anda por el desierto se encuentra con un león, y tiene lugar el diálogo siguiente:
León.-Te como.
Cronopio (afligidísimo pero con dignidad).-Y bueno.
León.-Ah, eso no. Nada de mártires conmigo. Échate a llorar, o lucha, una de dos. Así no te puedo comer. Vamos, estoy esperando. ¿No dices nada?
El cronopio no dice nada, y el león está perplejo, hasta que le viene una idea.
León.-Menos mal que tengo una espina en la mano izquierda que me fastidia mucho. Sácamela y te perdonaré.
El cronopio le saca la espina y el león se va, gruñendo de mala gana:
-Gracias, Androcles.

Cóndor y cronopio

Un cóndor cae como un rayo sobre un cronopio que pasa por Tinogasta, lo acorrala contra una pared de granito, y dice con gran petulancia, a saber:
Cóndor.-Atrévete a afirmar que no soy hermoso.
Cronopio.-Usted es el pájaro más hermoso que he visto nunca.
Cóndor.-Más todavía.
Cronopio.-Usted es más hermoso que el ave del paraíso.
Cóndor.-Atrévete a decir que no vuelo alto.
Cronopio.-Usted vuela a alturas vertiginosas, y es por completo supersónico y estratosférico.
Cóndor.-Atrévete a decir que huelo mal.
Cronopio.-Usted huele mejor que un litro entero de colonia jean-Marie Farina.
Cóndor.-Mierda de tipo. No deja ni un claro donde sacudirle un picotazo.

Flor y cronopio

Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz. La flor piensa: «Es como una flor>>

viernes, 8 de octubre de 2010

IETI ANTONIO JOSÉ CAMACHO. SEDE REPÚBLICA DEL PERÚ
TALLER DE LENGUA CASTELLANA
Grado sexto. Docente: Carmen Elena Yela Chávez


1. Lea los siguientes poemas y analice cada una de las líneas. Luego escriba lo que le
evoca cada uno, es decir, comente lo que le hace sentir y/o pensar. Recuerde buscar
las palabras que desconoce.

Nocturno
Alvaro Mutis

Esta noche ha vuelto la lluvia sobre los cafetales.
Sobre las hojas de plátano,
Sobre las altas ramas de los cámbulos,
Ha vuelto a llover esta noche en agua persistente y vastísima
Que crece las acequias y comienzan a henchir los ríos
Que gimen con su nocturna carga de lodos vegetales.
La lluvia sobre el cinc de los tejados
Canta su presencia y me aleja del sueño
Hasta dejarme en un crecer de las aguas sin sosiego,
En la noche fresquísima que chorrea
Por entre la bóveda de los cafetos
Y escurre por el enfermo tronco de los balsos gigantes.
Ahora, de repente, en mitad de la noche
Ha regresado la lluvia sobre los cafetales
Y entre el vocerío vegetal de las aguas
Me llega la intacta materia de otros días
Salvada del ajeno trabajo de los años.


A Yuma
(El río Magdalena)

Con mis cantos
Reluciente y puro vas,
Al mar inmortal.
Déjame sumergirme en la frescura de tus aguas
Para purificar mi espiritu
Y refrescar mi cuerpo.
Dulce Yuma:
Ven a mi corazón.
No te vayas al mar cruel,
Ven a mi corazón, que el amor es eterno,
Ven, yo soy la bella princesa Furatena.
Paeces



Lea el poema “América, no invoco tu nombre en vano” de Pablo Neruda y haga la misma
actividad.

2. Escoja uno de los tres poemas y reinvéntelo o continúe su escritura. Es decir,
prolónguelo.

3. Busque dos poemas relacionados con la naturaleza y compártalos con el grupo.
Comente por qué los escogió.